VISITA A LA COMUNIDAD WORANI BAMENO

 

En este contexto, hemos cumplido con una agenda sugerida por la comunidad de Bameno, apoyando inicialmente en la construcción de una casa típica en la comunidad, y luego un monitoreo por los límites del territorio de la nacionalidad, dentro de la Zona Intangible, Parque Nacional Yasuní, y Territorio Waorani.

Como es de suponer, el objetivo del proyecto es la protección de los derechos humanos de los PIAV. Esto no supone el desconocimiento de los derechos humanos de quienes habitan a su alrededor, porque procuramos el bienestar de las comunidades que comparten el territorio de los PIAV, defendiendo sus derechos y su territorio, como principio fundamental.

El día 13 del mes de diciembre del 2017 nos dirigimos con rumbo a las comunidades de las riberas del río Shiripuno y Curaray, con el propósito de acompañar a la comunidad de Bameno en su iniciativa de realizar un monitoreo a su territorio, por presuntas actividades ilícitas como casa, pesca y tala ilegal de sus bosques. Por lo avanzado de la tarde pernoctamos en la comunidad de Omakaweno.

Al día siguiente 14, continuamos el viaje hasta llegar a Bameno, donde hemos realizado la correspondiente presentación ante la comunidad, y se han organizado las jornadas de trabajo conjuntas, donde se realizará el taller de sensibilización del proyecto PIAV.

Como es de conocimiento público, la comunidad Bameno se destaca por mantener sus costumbres y su forma de vida, casi como vivían sus ancestros, y lo más importante es que han demostrado -con gran capacidad- la defensa de su territorio Por esa razón, el líder de la comunidad Bameno (Penti) ha cuestionado, como siempre, la debilidad del Estado en esa zona, y -en una sola- nos manifiestan que ellos van a hacer los monitoreos para evitar la cacería, pesca y tala de madera ilegal por parte de los peruanos, teniendo como sede la misma comunidad. En este mismo debate Bay Baihua solicita a la FAL que facilite un taller en manejo de motores fuera de borda, ya que es de suma importancia para el trabajo ya mencionado. En este mismo discurso Bay manifiesta que no solicita nada a otras instituciones, ya que por muchos años solamente nos vienen a engañar.

La jornada de trabajo fue bastante amplia, ya que en dicha comunidad se tenía pendiente varias actividades a realizar por pedido de los moradores: el taller de sensibilización, la minga comunitaria y el preparatorio para el recorrido hasta Loro Cachi. En medio de esta misma asamblea, se realizó la agenda correspondiente y quedó de la siguiente manera.

Hacen la minga como primera parte y por la noche el taller; seguidamente se presentará varios videos, organizar quienes serán las personas que se suman a la gira por el monitoreo. Como la parte más relevante para nosotros, fue que el gran sabio Kemperi que se apuntó para apoyarnos en dicha jornada.

Luego de realizar los trabajos en la casa-vivienda de uno de los líderes comunitarios, compartimos la alimentación, intercambiando su comida tradicional y nuestra contraparte occidental.

Día 16 por la mañana nos dirigimos rumbo a Lora Cachi. En el trayecto de la ruta, encontramos un campamento de cacería y pesca ilegal presuntamente realizado por los vecinos del sur (peruanos), en el cual se aprecian plumas de paujil, y escamas de pez de la especie Paiche, “Arapaima gigas”, especie que se encuentra en la lista roja de la UICN.

También llegamos al destacamento militar Cononaco con la finalidad de registrar nuestra presencia, fuimos atendidos por el Teniente Junior Tuquérez con quien intercambiamos criterios sobre el control que se realiza en la zona por parte de la entidad militar, a lo cual manifiesta que “estamos atentos ante cualquier sonido de embarcación que se aproxime al destacamento, sin embargo en la noche el control se torna difícil ya que no podemos poner en riesgo la integridad física de nuestro personal y el armamento, sólo tenemos autorización para navegar hasta las 18:00, esto es aprovechado por los infractores que altas horas de la noche ingresan por el río procedentes del Perú en embarcaciones pequeñas (quillas) utilizando remos, lo cual los torna imperceptibles.”

También manifiesta que el personal que permanece en destacamento es muy escaso, (8 personas) lo cual dificulta realizar operativos eficientes, sumado a la falta de logística, embarcación y combustible, que llega a cuentagotas (50 galones cada 5 semanas).

En esta misma tarde abordamos al destacamento militar de Perú donde registramos nuestra paso hacia la comunidad Kichwa de Lorocachi, aquí se encuentra una barcaza que hace las veces de tienda y abastos para el destacamento peruano (aparentemente).

Continuamos nuestro recorrido hasta el destacamento militar ecuatoriano de Ceilán, lugar donde pernoctamos, ya que es una infraestructura que permite el alojamiento indistintamente y por su abandono total.

El dia 17 continuamos con nuestro recorrido por la ribera del río Curaray e ingresamos a la Guardianía del MAE- PNY- Ceilán para compartir información de tráfico de vida silvestre que en nuestro recorrido hemos observado, sin embargo, pese a ser una infraestructura muy suntuosa se encuentra en total abandono lo cual cuenta los meses que ésta no es visitada ni habitada por la autoridad ambiental.

Con el sabor muy amargo, como ecuatorianos que tributamos para el establecimiento de estos puestos de control para el área más biodiversa del planeta (PNY), zona Intangible Tagaeri Taromenani, Reserva de Biosfera Yasuní, Territorio de Pueblos Ancestrales, PIAV, y el pago de personal que debe permanecer en este lugar para este sector, brillan por su ausencia, continuamos nuestro recorrido luego de dejar limpiando la hojarasca acumulada en el muelle.

Los miembros de la comunidad se preguntan y nos han preguntado, ¿quién está cobrando estos sueldos, o no se paga personal para la protección de este territorio?

Ya en la comunidad de Lorocachi el día 18 por la mañana nos reunimos con los comuneros y les explicamos el motivo de nuestra presencia, sin embargo en su participación la queja fundamental ha sido el total abandono de presencia de los funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente, y el estado en general, pese a todo, las comunidades de este lugar se están convocando para mantener una reunión con las comunidades de Perú con la finalidad de hacerles conocer la incomodidad que significa para nosotros la cacería, pesca, y tala de madera dentro de territorio de Pueblos Indígenas Aislados.

También están preparando de una propuesta de comercialización de productos locales como es la yuca y el plátano como una manera de reactivar la economía y el desarrollo del sector.

De retorno hacia nuestro punto de partida ya sin mucho asombro, encontramos una canoa con motor peke-peke presuntamente de procedencia peruana anclada en la orilla del río Curaray en territorio Ecuatoriano, entre la laguna de Danta cocha y Ceilán, coordenadas ( ) abordamos en este lugar y las huellas de los ocupantes de la embarcación se sobreponen inmediatamente sobre las huellas de aparentemente un tapir adulto con un juvenil las huellas se internan en lo profundo del bosque con el mismo patrón las huellas humanas se sobreponen a los de los tapires.

Avanzado de la tarde y sin tener donde pernoctar decidimos regresar hasta la orilla. Aquí los miembros de la comunidad Bameno muy dolidos por la intromisión en su territorio tomaron la decisión de remolcar dicha embarcación (bote de madera con motor artesanal utilizado frecuentemente por los vecinos peruanos para faenas de caza y pesca) hasta el destacamento militar ecuatoriano, para que como autoridad realicen la gestión pertinente en defensa del territorio en el destacamento Militar de Cononaco se realiza y se firma la correspondiente el acta de entrega – recepción, para que ellos procedan a su debida entrega al personal del vecino país.

Continuando con nuestra ruta llegamos hasta una playa donde nos quedamos para descansar en esta noche. Descansamos en la comunidad de Bameno con quienes realizamos una reunión de evaluación del recorrido y determinan la importancia del mismo y sugieren hacerlo con mayor frecuencia tomando en consideración precisamente que ésta es época de desove de las charapas y que los vecinos peruanos llevan por grandes cantidades hasta la barcaza grande.

El día 20 muy por la mañana nos despedimos de la comunidad y enrumbamos hasta la estación de Chiripuno. Antes que abordáramos en la estación, ya se encontraba un grupo de turistas esperando el carro o ranchera que vendría por ellos. Los waoranis del sector aprovecharon el vehículo y pidieron ser transportados hasta Coca.

Nuestro vehículo quedó pequeño para la cantidad de materiales logísticos, por lo que no colaboramos en el traslado de personal, salvo el caso de uno de nuestros compañeros motorista.

Para nuestra sorpresa, ya en Coca, la ranchera se encontraba detenida por la policía y el MAE que hacían controles del tráfico de vida silvestre, en este incidente han sido involucrados integrantes de la comunidad waorani de Bameno (justamente con quienes se ha estado haciendo monitoreo y control e incluso la retención de la canoa peruana) al punto de que fue detenido un compañero waorani, Martín Baihua, por tener en su haber 3.000 huevos de charapa, acusándole de que estos serían para la venta y no para el consumo de la comunidad y llevándole en calidad de detenido. A nosotros también nos quisieron involucrar y fuimos víctimas de malos tratos.

Nos preguntamos cómo es que las autoridades no pueden controlar a los vecinos que cruzan la frontera, ingresan al país y se llevan madera, hacen cacería y recolectan huevos de charapa en nuestro territorio, entre otras ilegalidades y, en cambio, castiga a los waorani que son dueños de ese territorio pues la selva es su casa y su despensa.

Técnicos de la FAL

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